México. Opinión
Manuel Camacho Solís*
Mucho se criticó la estrategia de las alianzas amplias que impulsamos. Las elecciones probaron que fue una estrategia acertada. Lo que iba a ser un día de campo para el PRI, resultó en la demostración de que la teoría de la bola de nieve tiene severas fragilidades: el PRI no es tan fuerte como se pretendía; tiene adelante la prueba del Edomex. No podrá ganar el 2012 por medio de la “cargada” que hasta hace unos meses le favorecía.
El PRI es una fuerza fundamental, como lo es el PAN y lo son los partidos de las izquierdas que integran el DIA. Todos somos parte de la pluralidad, y ninguno puede pretender convertirse en una fuerza hegemónica. Eso ya lo decidió el electorado. Una vez aceptada esta realidad, será conveniente que entre todos, con los poderes públicos, lleguemos al diálogo nacional que urge a nuestro país para fortalecer la gobernabilidad de aquí a las presidenciales, disminuir la violencia, consolidar la recuperación y crear condiciones y garantías de pluralidad y equidad para una competencia efectiva en 2012.
Las elecciones de gobernador tienen un fuerte ingrediente local. Las preocupaciones varían de estado a estado: cuentan las tradiciones partidistas y desde luego los candidatos. Se gana o pierde por el control del territorio, recursos y el entramado institucional de cada estado. Sin embargo, las elecciones que acabamos de vivir tienen también un significado nacional. Desde fuera de México se les ve como un plebiscito sobre el gobierno federal, sobre todo por la economía y la inseguridad. Desde dentro, como un plebiscito que hacia 2011 y 2012.
El proceso que se ha vivido ha puesto de manifiesto la fragilidad del modelo sucesorio donde el gobernador en turno impone a su candidato. La selección de sucesores que no eran los mejores candidatos ha traído graves problemas a quienes los impulsaron. Cuando queden plenamente establecidos los resultados, se verá que la elección, lo que hizo, fue mostrar que el PRI puede ser vencido. Su talón de Aquiles está en la elección de gobernador del Estado de México. La teoría de la bola de nieve tendrá que revisar algunos de sus enunciados.
En términos de gobernabilidad, la elección confirma que no es posible volver a construir una hegemonía, son altos los riesgos de que se desborde la gobernabilidad y, por lo tanto, lo mejor sería responder con mesura. Para avanzar habrá que dialogar. El balance ha sido positivo para las alianzas —los resultados fueron invariablemente mejores— pero este no es el momento de echar las campanas a vuelo. El PAN tiene que hacer su propio balance. En las izquierdas está por delante consolidar su unidad y relanzar su proyecto. Hay que empezar de nuevo. La elección nos dio el tiempo que necesitábamos. Gracias a los resultados obtenidos el día de ayer, el pueblo de México podrá escoger en 2012 entre la alternativa de la conservación del statu quo o la del cambio progresista.
*Coordinador del Diálogo para la Reconstrucción de México (DIA) [Iniciativa de diálogo para la unificación de las izquierdas y las fuerzas progresistas mexicana]
Publicado en:http://www.eluniversal.com.mx/editoriales/48937.html
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