por Serrano Ribarroya
El pasado 17 de enero un escueto comunicado de la Internacional Socialista (IS) anunciaba que "a decision has been taken by the President together with the Secretary General, in accordance with the statutes of the Socialist International, to cease the membership of the Constitutional Democratic Assembly (RCD) of Tunisia".
Dejando de lado valoraciones éticas, no parece descabellado decir que esta decisión de la IS llegaba un poco tarde desde el punto de vista político. Al respecto, merece la pena preguntarse sobre las razones de la pertenencia a la IS, del partido gubernamental de un régimen que cabría caracterizar de autoritario o incluso dictatorial si consultamos los manuales de derecho constitucional comparado. Aunque quizá fuera más apropiado consultar a los miles de ciudadanos tunecinos que arrumbaron la tiranía de Ben Alí sobre el carácter de su régimen.
Traemos a colación el ejemplo de Túnez para ilustrar las contradicciones políticas de una organización que lideraron en su día Brandt, Palme o Kreisky, contradicciones que podrían ponerse de nuevo de manifiesto en otros países. Recordemos que el National Democratic Party, que gobierna Egipto con mano de hierro, pertenece a la IS.
Menos dramáticas pero igualmente agudas son las contradicciones de la IS en América latina. Ante la lista de partidos latinoamericanos miembros de la IS, podríamos hacernos dos sencillas y clásicas preguntas:
1) ¿Son todos los que están? Por ejemplo, ¿son socialistas, socialdemócratas o al menos progresistas, el Partido Liberal Colombiano, el Partido de Liberación Nacional costarricense o el Partido Revolucionario Institucional mexicano? Interrogante similar podríamos plantearnos con relación al Frente Sandinista de Liberación Nacional nicaragüense.
2) ¿Están todos los que son? En vano buscaremos en la lista de miembros de la IS -ni siquiera como meros observadores- al MAS boliviano, al Movimiento Alianza País ecuatoriano o -nada más ni nada menos- al Partido dos Trabalhadores brasileño.
En este artículo nos limitamos a dejar sobre la mesa estas preguntas. En otro momento apuntaremos algunas posibles respuestas.
Tendiendo Puentes no se responsabiliza de las opiniones vertidas en el artículo.
El pasado 17 de enero un escueto comunicado de la Internacional Socialista (IS) anunciaba que "a decision has been taken by the President together with the Secretary General, in accordance with the statutes of the Socialist International, to cease the membership of the Constitutional Democratic Assembly (RCD) of Tunisia".
Dejando de lado valoraciones éticas, no parece descabellado decir que esta decisión de la IS llegaba un poco tarde desde el punto de vista político. Al respecto, merece la pena preguntarse sobre las razones de la pertenencia a la IS, del partido gubernamental de un régimen que cabría caracterizar de autoritario o incluso dictatorial si consultamos los manuales de derecho constitucional comparado. Aunque quizá fuera más apropiado consultar a los miles de ciudadanos tunecinos que arrumbaron la tiranía de Ben Alí sobre el carácter de su régimen.
Traemos a colación el ejemplo de Túnez para ilustrar las contradicciones políticas de una organización que lideraron en su día Brandt, Palme o Kreisky, contradicciones que podrían ponerse de nuevo de manifiesto en otros países. Recordemos que el National Democratic Party, que gobierna Egipto con mano de hierro, pertenece a la IS.
Menos dramáticas pero igualmente agudas son las contradicciones de la IS en América latina. Ante la lista de partidos latinoamericanos miembros de la IS, podríamos hacernos dos sencillas y clásicas preguntas:
1) ¿Son todos los que están? Por ejemplo, ¿son socialistas, socialdemócratas o al menos progresistas, el Partido Liberal Colombiano, el Partido de Liberación Nacional costarricense o el Partido Revolucionario Institucional mexicano? Interrogante similar podríamos plantearnos con relación al Frente Sandinista de Liberación Nacional nicaragüense.
2) ¿Están todos los que son? En vano buscaremos en la lista de miembros de la IS -ni siquiera como meros observadores- al MAS boliviano, al Movimiento Alianza País ecuatoriano o -nada más ni nada menos- al Partido dos Trabalhadores brasileño.
En este artículo nos limitamos a dejar sobre la mesa estas preguntas. En otro momento apuntaremos algunas posibles respuestas.
Tendiendo Puentes no se responsabiliza de las opiniones vertidas en el artículo.