vendredi 7 mai 2010

Opinión - El PRD, atrapado en su adolescencia

por José Contreras

El Partido de la Revolución Democrática [PRD, México] llega este miércoles a su cumpleaños número 21 sin haber superado aún la inmadurez de la adolescencia. La breve vida del PRD ha estado caracterizada por los dramáticos altibajos electorales, por la dependencia patológica hacia el caudillo en turno y por la guerra intestina, a veces canibalesca, entre corrientes, por acceder al poder. Una constante en la vida de este partido ha sido su incapacidad para sostener sus avances electorales, que los ha tenido, y muy importantes.

El PRD fue fundado el 5 de mayo de 1989 por un grupo de políticos que habían renunciado al PRI en 1987, entre los que destacaban Cuauhtémoc Cárdenas, Porfirio Muñoz Ledo e Ifigenia Martínez. El Partido Socialista de México, que encabezaba Heberto Castillo, cedió su registro al naciente PRD, el cual se nutrió con diversas corrientes de la izquierda tradicional y con algunos membretes, como el Partido del Frente Cardenista de Reconstrucción Nacional, de donde proviene su actual dirigente, Jesús Ortega Martínez. Desde su fundación, el PRD dependió de la figura del ingeniero Cárdenas, quien tomaba decisiones sobre la conducción del partido y sobre la definición de candidaturas a cargos de elección popular más allá del periodo en que fungió como dirigente formal. Fue el ingeniero el que alentó el crecimiento de Andrés Manuel López Obrador, a quien hizo dirigente del partido y luego candidato a jefe de Gobierno del Distrito Federal, hasta que el liderazgo del tabasqueño rebasó al de Cárdenas y se convirtió en el nuevo caudillo.

Con el transcurso de los años muchos personajes serios de izquierda dejaron el PRD, como Gilberto Rincón Gallardo, Jorge Alcocer, Joel Ortega Juárez, José Woldenberg y recientemente los hermanos René Arce y Víctor Hugo Círigo. Los que quedan en el PRD están agrupados en diversas corrientes de expresión y se disputan, muchas veces con violencia y con trampas, el control del partido y el acceso al poder.

En varios momentos de su vida el PRD ha logrado importantes avances electorales, pero hay quienes piensan que los perredistas ni cuenta se han dado de ello. En 1997, con sólo ocho años de edad, el PRD logró una importante victoria al arrasar al PRI en el Distrito Federal tanto en diputaciones locales como en federales, lo que llevó a los priistas a perder el control de la Cámara de Diputados. El PRD se colocó como la segunda fuerza electoral del país, pero tres años después perdió varios distritos en el DF y estuvo a punto de perder la jefatura de Gobierno. Y volvió a su histórico tercer lugar. En el 2006, el PRD estuvo a medio punto porcentual de ganar la Presidencia de la República con Andrés Manuel López Obrador como candidato. Se colocó nuevamente como segunda fuerza electoral, ahora por encima del PRI, pero los perredistas, de la mano de López Obrador, optaron por el camino de la confrontación y las acciones de resistencia y dilapidaron con ello todo el capital político que habían ganado. En las elecciones federales del 2009, el PRD perdió más de la mitad de las curules que había obtenido en el 2006 y regresó una vez más a su lugar histórico de tercera fuerza nacional, que se resiste a dejar.

El PRD celebrará su cumpleaños número 21 con la fractura más severa que ha sufrido desde su fundación, en donde la dirigencia formal está en manos del líder de Nueva Izquierda, Jesús Ortega, pero otras corrientes y miles de militantes siguen los dictados de Andrés Manuel López Obrador. El PRD no está precisamente en su mejor momento. El hecho de que su principal fundador, Cuauhtémoc Cárdenas, no acuda a las celebraciones de los aniversarios desde hace varios años lo confirma.

Publicado en: La crónica de hoy, 5 de mayo de 2010.