lundi 4 avril 2011

Arizona: nuestro vecino estado fallido

El estado estadounidense de Arizona, para México, no significa poco. Comparte miles de kilómetros de frontera con nuestro país, tiene relaciones comerciales importantes, incluso algún pasado compartid, pero hoy al menos dos temas que han hecho la relación particularmente ríspida: la inmigración illegal y la seguridad en la frontera.

En el último año en Nexos hemos publicado varios textos sobre la migración legal e ilegal de mexicanos a Estados Unidos. Entre ellos “Arizona: ¿De veras parezco mexicano?” de Salvador Camarena sobre una breve visita que hizo una vez aprobada la así llamada Ley Anti-imigrante SB1070.

En un intento por entender mejor qué es lo que está pasando en Arizona, y por qué ese estado parece acumular la estridencia política anti-imigrante ofrecemos extractos de dos textos publicados recientemente en importantes revistas estadounidenses.

En ellos se trata con profundidad la conexión entre la retórica xonofóbica, el libertarianismo económico, y el conservadurismo social. Uno de los textos habla de Arizona como el ejemplo de un gobierno dominado por el infame Tea Party (partido del té), otro como el ejemplo de un estado fallido. El tema más importante del estado se centra, sin duda, en la deuda pública que tiene. La combinación entre una fuerte ideología anti-impuestos y la crisis económica, lo ha hecho el segundo estado con el déficit más grande de Estados Unidos, llegando al grado de tener serios problemas para incluso pagar a sus empleados.

En un texto publicado hace casi un año en Harper’s Magazine, Ken Silverstain sentencia:

La vista desagradable se su capitolio lo hace un hogar adecuado para la legislatura que Arizona hoy tiene, la cual está compuesta sobre todo por bobos, racistas, y locos. Colectivamente han quebrado al estado, con una combinación de fanatismo ideológico en la derecha republicana y la timidéz y aquiescencia de los moderados, tanto republicanos como demócratas. Aunque docenas de estados tienen una crisis presupuestaria, la situación es discutiblemente la peor, incluso más grave que la de California…la legislatura inlcusó cortó de tajo el presupuesto del departamento de recolección [cobro de impuestos], el cual requirió que la agencia corriera a cientos de auditores y recolectores de impuestos…

En vez de recuadar dinero, la legislatura ha seguido una serie de ventas salvajes y recortes presupuestales. Privatizó el edificio de su capitolio y después lo rentó al nuevo dueño, un arreglo que al inicio trajo recursos, pero que con el tiempo le costará a Arizona mucho más…le quitó la cobertura de salud a 300,000 adultos, y acabó con un programa de salud para 47,000 niños pobres.

Tom Barry en el último número del Boston Review resume las condiciones políticas del estado:

La política en Arizona, está dominada por una mezcla potente entre tres corrientes ideológicas: el apoyo a un musculoso programa de seguridad nacional, el capitalismo libertario, y el tradicionalismo social. Estas ideas han formado al movimiento conservador americano desde hace mucho, así que es poco sorprendente, que algunos, como el Tea Party, vean el estado como un modelo para la nación. Aplauden a Arizona como la vanguardia en una nueva revolución conservadora; ha tomado los retos de la implementación de las políticas de seguridad y migración en sus propias manos, se ha opuesto al “gobierno grande” con su recien envigorado populismos, y asumido principios libertarios a través de las privatización y los recortes presupuestasles. Los entusiastas apuntan una lista en lo que Arizona es el número uno: legislación anti-imigrante, nueva ley prohibiendo los estudios étnicos en universidades públicas, propuestas en contra de la ciudadanía como derecho por nacimiento, iniciativas sobre el derecho a tener armas…

La lectura de estos dos textos sobre política interna estadounidense sólo puede dejar a casi cualquier mexicano (y no mexicano) preocupado. No hay duda que los gobiernos demócratas suelen ser más sensibles con los problemas en las relaciones México-Estados Unidos, pero cuando la discusión pública en Estados Unidos se polariza, siempre se corre el riesgo de que “el centro” se desplace hacia alguno de los extremos.

Publicado por Nexos Online (México). Blog de la Redacción, 29/03/2011