Por primera vez en la historia de El Salvador, un candidato de izquierdas llega a la presidencia de El Salvador. Se trata de Mauricio Funes, del FMLN (Frente Farabundo Martí de Liberación Nacional), prestigioso perodista político, cercano a las ideas de Lula, Zapatero o Bachelet, quien ganó por el 51% de los votos al candidato de ARENA (Alianza Republicana Nacioalista), Rodrigo Ávila, exjefe de la Policia Nacional Civil, con el 48%. Arena llevaba gobernando veinte años ininterrumpidos. La campaña ha estado muy polarizada y ha sido dura y en ocasiones sucia. Después de doce años de cruenta guerra civil, los acuerdos de paz de Chapultepec, permitieron al país entrar en la senda de la democracia, pero las secuelas de la confrontación armada aún estan presentes en el ánimo de muchos salvadoreños, por eso el discurso de Funes de aceptación de la victoria estuvo plagado de llamadas a la unidad, a la reconciliación y a trabajar juntos para levantar a un país que sufre importantes carencias sociales (35% de pobreza, 40% de desempleo) y de seguridad (12 homicidios diarios) y dos millones de emigrantes, sobre todo en los EEUU, país al que le unen fuertes lazos de todo tipo.Al saludar al candidato ganador le expresé nuestro deseo, que él acogió positivamente, de que impulsara las negociaciones en curso entre la UE y Centroamérica para culminar un acuerdo birregional de asociación estratégica. La misión de observación electoral de la UE en El Salvador, que he presidido, ha cumplido su misión a satisfacción de todos y es de esperar que las nuevas autoridades de El Salvador apliquen las recomendaciones que le hemos hecho para mejorar la calidad de la legislación y el sistema electoral. Luis Yáñez-Barnuevo
Eurodiputado
