El Partido de la Revolución Democrática (PRD) vive en medio de intensas disputas entre sus corrientes internas que por primera vez en 22 años de historia, perfilan un equilibrio entre las principales fuerzas vivas de este organismo político. La correlación de fuerzas en el interior del PRD se ha modificado: Andrés Manuel López Obrador se ha reposicionado y fortalecido, el grupo de Jesús Ortega y Jesús Zambrano ha dejado de ser un polo dominante, y emergió con fuerza Marcelo Ebrard.
Las dos recientes disputas en el partido del sol azteca provocaron una intensa movilidad de liderazgos, que tuvo entre otras consecuencias la reinserción de René Bejarano a la dirigencia nacional, el fracaso de la alianza con el PAN en el Estado de México y que la izquierda compita sola en 2012. La potencia e influencia de las corrientes perredistas se reflejan en las votaciones de su Consejo Nacional —máximo órgano de dirección colegiada—, en el reparto de posición en la Comisión Política Nacional y en el Secretariado Nacional del PRD.
Los procesos de renovación de la dirigencia nacional perredista y de la construcción de una alianza de este partido con el PAN para enfrentar la contienda por la gubernatura del Estado de México se entrelazaron junto con su polarización interna.
Tras negociaciones y el fracaso de una dirigencia nacional de unidad llevó a los grupos a medirse en el pleno del Consejo Nacional del 20 de marzo. Para los primeros minutos del 21 de marzo votaron cada uno de los 310, de 343 consejeros nacionales presentes. En esa jornada se realizó una primera votación de forma secreta y en urna transparente, la primera minoría fue para Zambrano, del bloque de corriente Nueva Izquierda-Alternativa Democrática Nacional —que encabezan respectivamente Jesús Ortega y Héctor Bautista— con 154 votos a favor. La segunda minoría fue para Dolores Padierna Luna —de la corriente Izquierda Democrática Nacional (IDN) que encabeza junto con René Bejarano y el llamado Grupo de los Ocho, cercanas todas las expresiones a López Obrador— que alcanzó 111 sufragios. En tercer lugar se ubicó el diputado federal Armando Ríos —que llegó a esa contienda interna respaldado por el jefe de Gobierno del DF, y las corrientes Foro Nuevo Sol e Izquierda Renovadora en Movimiento— con 43 votos. Después de que los 310 consejeros presentes depositó su voto, se realizó el escrutinio ante el pleno y cada sufragio fue “cantado”. Se realizó el conteo. Primero Padierna 111 votos, Ríos Piter 43 y al final los de Zambrano que obtuvo 154. Nadie con mayoría.
Padierna Luna propuso a Zambrano un acuerdo en el que, conforme a los votos, él quedara como presidente nacional y ella como secretaria general. Zambrano se retiró para platicar en privado con Armando Ríos Piter. En ese breve cónclave, de pie y en una sala vacía hablaron frente a Carlos Navarrete, Luis Sánchez, Miguel Barbosa y Guadalupe Acosta de Nueva Izquierda y Jesús Valencia, Hortensia Aragón, Eloí Vázquez y Vladimir Aguilar por el bloque pro Ebrard. Regresaron al pleno y se propuso la fórmula Zambrano-Padierna. Para la una de la mañana, los consejeros avalaron esta propuesta por 233 votos a favor, 36 en contra y dos abstenciones.
Con la votación por la dirigencia del partido se definía el fin de la mayoría aplastante de Los Chuchos, quienes perdieron el apoyo de las corrientes Foro Nuevo Sol, de Amalia García (hay que recordar que Hortensia Aragón, la anterior secretaria general del partido pertenecía a este grupo), y la Izquierda Renovadora en Movimiento las cuales cerraron filas con Ebrard.
A lo largo de dos semanas hubo negociaciones en torno a la integración de la Comisión Política Nacional. De los 13 representantes seis son del grupo de Zambrano, cinco de Padierna (dos de estos para las corrientes del G-8 pero todos lopezobradoristas) y dos para el grupo de Marcelo Ebrard que fue apoyado por Foro Nuevo Sol y la Izquierda Renovadora en Movimiento. A este órgano se integró René Bejarano, quien fuera el principal operador político de López Obrador, pero integrantes de Nueva Izquierda, entre ellos Fernando Belaunzarán anunciaron que impugnarán esta decisión ante la Comisión Nacional de Garantías y de ser necesario ante el tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación.
De las 15 carteras que integran el Secretariado Nacional, ocho serán para Nueva Izquierda y ADN, cinco para el grupo lopezobradorista de Dolores Padierna (de las cuales dos serán entregadas al G-8) y dos para el grupo que representa a Ebrard. Nueva Izquierda mantiene bajo su cargo carteras importantes para el manejo del partido —que en 2011 tendrá un presupuesto superior a los 411 millones de pesos— como son Finanzas, Prensa y Propaganda, la representación ante el IFE y los jóvenes. La IDN junto con sus aliados del G-8 de Padierna-Bejarano tendrá a su cargo Asuntos Electorales, Relaciones Internacionales, Mujeres y Derechos Humanos. Al grupo de Ebrard las relaciones Políticas y al grupo de Alejandro Encinas, vinculado también a López Obrador, la presidencia del Consejo Nacional que ya ocupa Ricardo Ruiz.
Esta integración de los principales órganos de dirección del partido fue avalada por abrumadora mayoría en un nuevo pleno del Consejo Nacional en la madrugada del domingo 10 de abril, al concluir esa votación de inmediato se definió la suerte de la alianza con el PAN en el Estado de México.
En votación económica —a mano alzada— 91 consejeros del PRD votaron a favor de la alianza, 77 en contra y 18 abstenciones, la mayoría del grupo de Ebrard. No se alcanzó la mayoría de dos terceras partes del pleno por lo que se desechó esta propuesta.
Zambrano presentó una nueva que considera la alianza de izquierdas con PRD con PT y Convergencia, la cual sí alcanzó la mayoría.
*Texto Francisco Reséndiz, publicado en El Universal (México D.F.), 05/05/2011.
