por León Valencia
Las elecciones de Brasil y Colombia han dejado ver el gran contraste político entre los dos países. En Brasil, la mayoría de los candidatos se ubicaba en la izquierda. En Colombia la mayoría estaba a la derecha. Hablo de la primera vuelta.
En Colombia la segunda vuelta se disputó entre Juan Manuel Santos, quien anunciaba en ese entonces una continuidad de la política de Uribe situada claramente a la derecha, y Antanas Mockus, un candidato independiente que hacía todos los esfuerzos porque no lo tacharan de izquierda.
Los brasileños escogerán entre Dilma Rousseff, una mujer recia con acendradas convicciones de izquierda y José Serra, un socialdemócrata preocupado igualmente por continuar las orientaciones sociales de Lula. También jugará un papel importante en la campaña Marina Silva, del Partido Verde, bendecida con una alta votación en el primer tramo de la contienda, abanderada de la causa ecologista con acentos de izquierda en todo el mundo.
No es casual esta diferencia entre los dos países. Cuando la violencia y el miedo se convierten en la principal angustia de los ciudadanos y la seguridad salta a la política como la prioridad, la sociedad se inclina hacia la derecha. Cuando las reivindicaciones sociales adquieren especial relevancia, la población tiende a privilegiar a la izquierda. No siempre es así, pero digamos que en el mundo contemporáneo es muy común esta actitud.
Esto, desde luego, tiene consecuencias a la hora de gobernar. Ya vimos cómo los grandes esfuerzos del gobierno de Uribe se fueron hacia la guerra y entre tanto creció la desigualdad y se redujo muy poco la pobreza y la miseria en medio de un gran crecimiento económico. En el continente más desigual del mundo Colombia es uno de los países más desiguales [el subrayado es nuestro].
Lula, en cambio, sacó de la pobreza a treinta millones de brasileños, redujo el desempleo, fortaleció la clase media, lanzó el país al protagonismo internacional y lo vinculó al club de las economías emergentes. El mundo reconoce el gran salto de Brasil de la mano de Lula.
De ahí que la Cepal, en su informe del 2010, se haga eco de las principales consignas de Lula en materia de desarrollo: "Crecer para igualar; igualar para crecer"; es el emblema que difunde en todos lados Alicia Bárcena, la directora ejecutiva de este organismo, una frase pronunciada hace un tiempo por el mandatario brasileño.
No está solo en esta idea y en esta frase tan sugerente. El Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial han reconocido que en la base de la actual crisis económica mundial está la desigualdad, lo cual le augura al planteamiento una importante influencia en el futuro de las políticas económicas en el mundo.
Es muy probable que el olfato de Juan Manuel Santos lo haya llevado a husmear en estas propuestas que se mueven ahora en el mundo y de ahí se desprendan las reformas que está intentando para el campo, para las regalías y para el empleo, en el inicio de su gobierno. Un salto en estos terrenos generaría una nueva situación en el país.
Como complemento indispensable es preciso avanzar en la solución del conflicto colombiano y en la creación de un ambiente de seguridad del país para concentrar los esfuerzos en la superación de la pobreza, en el desarrollo y en la inserción de Colombia en la globalización del mundo.
Esto, claro está, contribuirá enormemente a proyectar a los grupos y partidos políticos más afines a la izquierda y eso será muy bueno para la democracia colombiana, pero sobre todo será especialmente bueno para el crecimiento económico y la lucha contra la lacerante desigualdad social que vive el país.
Las guerrillas tendrían que entender esta realidad y disponerse a facilitar unas negociaciones de paz. Pero, sobre todo, la izquierda y las fuerzas independientes deberían comprender que la superación del miedo es condición indispensable para que se abran paso las angustias sociales y entonces los ciudadanos puedan buscar proyectos políticos más sensibles a estos temas.
Publicado por Corporación Arco Iris, 12/10/2010.
"Tendiendo puentes" no se responsabiliza de las opiniones vertidas en este artículo.
vendredi 15 octobre 2010
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