vendredi 25 juin 2010

Cambio histórico

por Margarita Carrera

Sin duda la renuncia de Carlos Castresana como jefe de la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (Cicig) provocó una revolución en el ambiente jurídico y político de nuestro país. Al mismo tiempo, al tener el valor de desnudar la corrupción que nos gobierna.
Las mafias reaccionaron de inmediato y, para intimidar al pueblo guatemalteco, el 10 de junio utilizaron “la táctica de Shock”: el aparecimiento de tres cabezas humanas en lugares distintos de la capital. Así, la respuesta de los grupos de terror no se hizo esperar.
El mensaje era sin duda este que señala Carlos Sánchez Alfaro —tomado de Internet—: “Tenemos carta blanca para seguir con el clima de violencia sin que nadie con agudeza detectivesca nos descubra”.


O, como diría monseñor Romero: “Le pedimos a las organizaciones de derechos humanos, le suplicamos a las organizaciones de derechos humanos, le ordenamos a las organizaciones de derechos humanos que tomen cartas en el asunto, porque Guatemala va rumbo a la mano dura, a la mano dura de camisas blancas, de golpes de militares encubiertos…”

De manera que la renuncia de Castresana ha causado una especie de terremoto. No solo despertó el asombro de todos, sino logró su cometido: que la Corte de Constitucionalidad ordenara repetir el proceso de elección de Fiscal General, ordenando a Conrado Arnulfo Reyes dejar el cargo.
Asimismo, el presidente de la Corte Suprema de Justicia debe volver a reintegrar a la Comisión Postuladora. Pero, según Gustavo Porras (elPeriódico, 10 de junio), “ahora estamos peor que cuando comenzamos; estas estructuras demostraron que mueven muchos recursos y no se puede confrontarlas”.
En otras palabras, estamos en manos de unos cuantos poderosos capaces de enviar estos temibles mensajes.

En cambio, según Mario Antonio Sandoval (Prensa Libre, 11 de junio): “Con esta decisión la CC demuestra una vez más su importancia como ente cuyo oficio principal es la interpretación del texto de la Carta Magna, cuyos primeros 25 años de vigencia se cumplieron hace pocos días…” .
Lo cierto es que los señalamientos de Castresana provocaron un histórico cambio en Guatemala. Favorable si tenemos en cuenta que ahora se tendrá cuidado en no nombrar a ningún hombre o mujer señalados de corruptos para cualquier puesto público, sobre todo para ser miembros de la Corte de Constitucionalidad y el Tribunal Supremo Electoral.
Mi opinión es que aún vivimos la época del conflicto armado, solo que ahora se ha hecho más sofisticado. De todas formas los poderosos que siempre han gobernado tienen que demostrar que no cualquiera puede conmover sus estructuras. Que estas son sólidas y hechas para durar por mucho tiempo.


Sin embargo, la lección ha sido transmitida, a ver si aprendemos algo. El riesgo que enfrenta cualquiera que quiera investigar la verdad de los crímenes hace pensar dos veces qué se dice y, sobre todo, a quién se denuncia.
Uno de los señalamientos que hizo Castresana antes de presentar su dimisión en el puesto fue el de apuntar cómo el Fiscal General estaba vinculado con grupos ligados al crimen organizado.
Claro que esto condujo a Conrado Arnulfo Reyes a dejar el cargo. La opinión favorable a Castresana es que debe a toda costa preservarse la cooperación y entendimiento entre el Estado y la Cicig.
Todo esto sucede en las alturas; aparentemente el pueblo no interviene para nada. Declaro que soy fiel admiradora de personas con el valor, el talento y la ética de Carlos Castresana.

Publicado en Prensa libre (Guatemala), 24/06/10