jeudi 18 août 2011

Sánchez Vázquez: un marxista antidogmático

por Fernando Belaunzarán

Transformar al mundo, la tesis XI sobre Feuerbach, fue su pasión vital. La Filosofía de la praxisresponde a ella. Retroalimentación entre teoría y práctica para construir una sociedad más justa, libre y democrática. Y es que para Adolfo el socialismo significaba mayores libertades y democracia que las que se pueden dar en el capitalismo. Explicaba el origen del desvío: “En nombre de la democracia directa, los bolcheviques despreciaron la democracia representativa y se quedaron sin una y sin la otra”. Y luego Stalin instaló una dictadura que desfiguró por completo el proyecto emancipatorio de la Revolución Rusa. En uno de tantos homenajes que se le hicieron, Luis Villoro afirmó que “todas las revoluciones terminan traicionando los ideales que las inspiraron”. No se puede celebrar a Sánchez Vázquez sin debate. Le gustaba parafrasear a Ortega y Gasset quien decía que “la claridad es la cortesía del filósofo” con una que lo retrata muy bien: “la crítica> es la cortesía del filósofo”. Don Adolfo era cortés por ambas vías.

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