por Donato Di Santo
Resumen: Por lo que respecta a las relaciones con Latinoamérica, Italia ha elegido continuar con la política de Estado inaugurada con la III Conferencia Italia-América Latina de 2007.
Tanto Gobierno como Estado iniciaban en el año 2006 una atención renovada hacia América Latina, en la que se han visto implicadas todas las altas instituciones italianas. Esta nueva atención ha abierto numerosas ocasiones de interés recíproco entre Italia y los países latinoamericanos. Con “todos” los países, no sólo con aquéllos que cuentan con una fuerte presencia de emigración italiana, ni sólo con aquéllos considerados cercanos al anterior Gobierno de centroizquierda: el único factor discriminatorio ha sido el respeto por los derechos humanos y civiles. A nivel europeo ha resultado decisiva la colaboración y la complementariedad con España, aspectos que podrían reforzarse con ocasión de la Presidencia española de la UE. Son numerosos los organismos políticos, institucionales, sociales y económicos (con la excepción de los bancos) implicados en este redescubrimiento. Indudablemente entre los más reactivos y dinámicos se encuentra el sector empresarial, que ve pragmáticamente en Latinoamérica un terreno interesante de actividades y desarrollo. De igual manera, el actual responsable de las relaciones con Latinoamérica en la Farnesina, Enzo Scotti, ha confirmado y relanzado esta misma línea. La IV Conferencia Italia-América Latina, prevista para el próximo octubre en Milán, será un importante banco de pruebas.
Resumen: Por lo que respecta a las relaciones con Latinoamérica, Italia ha elegido continuar con la política de Estado inaugurada con la III Conferencia Italia-América Latina de 2007.
Tanto Gobierno como Estado iniciaban en el año 2006 una atención renovada hacia América Latina, en la que se han visto implicadas todas las altas instituciones italianas. Esta nueva atención ha abierto numerosas ocasiones de interés recíproco entre Italia y los países latinoamericanos. Con “todos” los países, no sólo con aquéllos que cuentan con una fuerte presencia de emigración italiana, ni sólo con aquéllos considerados cercanos al anterior Gobierno de centroizquierda: el único factor discriminatorio ha sido el respeto por los derechos humanos y civiles. A nivel europeo ha resultado decisiva la colaboración y la complementariedad con España, aspectos que podrían reforzarse con ocasión de la Presidencia española de la UE. Son numerosos los organismos políticos, institucionales, sociales y económicos (con la excepción de los bancos) implicados en este redescubrimiento. Indudablemente entre los más reactivos y dinámicos se encuentra el sector empresarial, que ve pragmáticamente en Latinoamérica un terreno interesante de actividades y desarrollo. De igual manera, el actual responsable de las relaciones con Latinoamérica en la Farnesina, Enzo Scotti, ha confirmado y relanzado esta misma línea. La IV Conferencia Italia-América Latina, prevista para el próximo octubre en Milán, será un importante banco de pruebas.