mardi 10 mai 2011

Consulta popular en Ecuador: opinión

Festejo irresponsable*

El triunfalismo de Alianza País el sábado en la noche terminó en un gran fiasco, con los artistas y cantantes obligados a suspender el festejo y correr a enterarse de lo que estaba pasando en el país después de que el presidente del Consejo Nacional Electoral diera a conocer los resultados del conteo rápido. ¡Sorpresa! ¡Infinita sorpresa!

Los datos del éxit poll [sic] presentados por Santiago Pérez, el encuestador oficial del Gobierno, trasmitidos únicamente por los canales estatales, mostraban resultados con un impresionante margen de error, por fuera de todos los rangos aceptables en términos estadísticos.

Los datos de Pérez aseguraban que el "Sí" había triunfado ampliamente en todas las preguntas con márgenes de al menos 20 puntos. Con ese dato, Rafael Correa y su corte salieron a proclamar el triunfo, a reunirse con las masas, a cantar, a bailar, a anunciar por los cuatro puntos cardinales el octavo triunfo de la revolución.

Fue a las 21h00 cuando Omar Simon lanzó el baldazo de agua fría a los cantantes: el triunfo del "Sí "se confirmaba en nueve preguntas, pero con márgenes mucho más estrechos, apretadísimos, que los anticipados por el exit poll.

Las diferencias cómodas, inapelables, de 20 puntos, pasaron a ser de 10 puntos en el mejor de los casos, y en algunas preguntas de apenas 3 y 2 puntos.

El balance general que lanzó el resultado del sondeo rápido fue el de un triunfo justito del Gobierno, con derrotas importantes generales en varias provincias del país. Fue en ese momento cuando las luces del escenario debieron apagarse y los cantantes de la Shyris abandonar la tarima para reunirse en forma urgente con el propósito de enterarse lo que estaba pasando. En cuatro horas de festejos anticipados, irresponsables, el país se les dio la vuelta, se les fue de las manos, el país cambió, se volteó. Llamadas aterrorizadas al presidente del CNE para confirmar lo que ocurría, para averiguar si era cierto. Alarma y desazón.

No es para menos. El sábado a las 21h00, el triunfalismo de la revolución y de Correa debió enfrentarse a una penosa realidad. Por primera vez, ese triunfalismo, que le ha llevado al Gobierno a una arrogancia infinita, a descalificar a todos sus críticos porque no representan nada, pierde piso de manera clara y preocupante. Un baldazo de agua fría fue lo que recibió ese triunfalismo oficialista el sábado.

Si Alianza País y el presidente fueran personas sensatas, ecuánimes, democráticas, debieran bajar de las nubes, pisar la tierra y empezar a reconocer el nuevo Ecuador que tienen hoy por delante.

* Análisis de Hoy. Publicado en Hoy.com, 09/05/2011.