por Simón Boccanegra
Las elecciones en Honduras también arrojaron un resultado esperado. Ganó Porfirio Lobo, candidato del Partido Nacional, tan de derecha como el Partido Liberal, de Zelaya, quien tratando de afinar su condición de tíramealgo disfrazándose de “socialista”, para chulear mejor a Chacumbele, creyó que podría marear a la oligarquía de la cual forma parte y ésta lo tumbó.
Las elecciones en Honduras también arrojaron un resultado esperado. Ganó Porfirio Lobo, candidato del Partido Nacional, tan de derecha como el Partido Liberal, de Zelaya, quien tratando de afinar su condición de tíramealgo disfrazándose de “socialista”, para chulear mejor a Chacumbele, creyó que podría marear a la oligarquía de la cual forma parte y ésta lo tumbó.
Pero el impresentable golpe militar, que sacó a Zelaya empiyamado y lo depositó en Costa Rica, ya no es el punto.
Eso fue merecidamente condenado por todo el mundo, pero ahora la comunidad internacional está ante otro problema: ¿qué hacer frente al veredicto del pueblo hondureño, que con una participación record para un país donde la abstención ha sido tradicionalmente enorme, resolvió democráticamente el lío creado por el golpe, eligiendo, muy democráticamente también, al sucesor del tumbaíto?
En este continente, en el cual de todos los gobiernos surgidos de golpes militares, se ha salido por lo general mediante elecciones, ¿puede sostenerse coherentemente que lo que ha sido válido para otros, no lo es para Honduras?
¿Qué habría pasado si tanto la oposición chilena a Pinochet como la propia comunidad internacional hubieran dicho que no reconocían el plebiscito convocado por Pinochet porque era producto de un gobierno golpista e ilegítimo?
¿Qué habría pasado en Uruguay si los opositores a los militares golpistas y la comunidad internacional hubieran desconocido el referéndum convocado por aquellos –y que, al igual que Pinochet, perdieron?
De Chacumbele y sus paniaguados internacionales se puede esperar una idiotez como esa, pero los brasileños, por ejemplo, cuya política exterior es “célebre por su fama”, ¿van a seguir con la pendejada de no reconocer una salida democrática que la oligarquía hondureña tuvo la sindéresis de llevar adelante -para salirse del hoyo donde se había metido por su propia torpeza-, tal como los militares brasileños remendaron su capote convocando a elecciones que ganaron sus opositores?
El mundo está loco-loco, es verdad, pero bueno sería un poquito de coherencia.
Fuente: http://www.talcualdigital.com/SimonBoccanegra/Viewer.aspx
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