En el futuro cercano podrían producirse otros dos caso. En Brasil, Dilma Rousseff, la candidata presidencial que apoya Lula es una antigua guerrillera de los años 70. Roussef formó parte de la Vanguardia Armada Revolucionaria Palmares y estuvo presa durante tres años, de 1970 a 1973, y sufrió torturas. Con la llegada de Lula varios exguerrilleros formaron parte del gobierno como José Dirceu, su antecesor o el actual portavoz del gobierno, Franklin Martins.
Al igual que Rousseff, Michelle Bachelet, que no militó en ninguna guerrilla, sí fue opositora a la dictadura de Augusto Pinochet. Sufrió torturas cuando estuvo detenida en las cárceles del régimen: "Soy una sobreviviente de Villa Grimaldi (centro de detención de la dictadura en Santiago). Me amenazaban con matar a mi mamá y a ella con matarme a mí...nada al lado de lo que sufrieron otros".
En Uruguay, quien más posibilidades tiene de ganar las elecciones presidenciales es el Frente Amplio y su posible candidato es José Pepe Mujica, quien fuera uno de los líderes del grupo guerrillero urbano de los "Tupamaros" y ministro de Agricultura con Tabaré Vázquez.
En Colombia nadie ha llegado hasta el Palacio Presidencial pero sí a gobierno locales, siendo el caso de Antonio Navarro Wolff el más destacado: el actual gobernador del estado de Nariño por el izquierdista Polo Democrático fue uno de los líderes de la guerrilla urbana del M-19.
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