Salvador García Soto
Fracturado, dividido, con figuras y corrientes enfrentadas hasta el encono, el mayor partido de la izquierda mexicana parece enfilarse al despeñadero, en un proceso que de aquí al 2012 lo llevaría a perder sus bastiones y a pulverizarse en varios partidos pequeños y segmentados. No se ve con qué liderazgo conductor o cuál discurso cohesionador los perredistas puedan resolver los conflictos que les estallan por todos lados, mientras ellos mismos, desde sus cúpulas, se lanzan ataques y ofensivas entre correligionarios.
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Publicado en El Universal, México D.F., 18/11/10
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