Definir el régimen como de izquierda es difícil"
Para Víctor Hugo D’Paola, este es un gobierno militarista que verá marcado su futuro por las elecciones parlamentarias del 26 septiembre.
por Douglas Gómez Barrueta
Militó 12 años en el Partido Comunista de Venezuela, fue fundador del Movimiento al Socialismo, senador en el Congreso de la República y uno de los dirigentes masistas que se negó a apoyar en 1998 al Hugo Chávez de liquiliqui.
También estuvo en la campaña presidencial de Francisco Arias Cárdenas con Izquierda Democrática, partido que desapareció para darle espacio a otros movimientos con mayores posibilidades de alcanzar el poder.
Víctor Hugo D’Paola habla como camina. Lo hace sin apuros o atropellos. Medita, piensa, reflexiona cada una de las palabras que ofrece, al igual que lo hace con cada uno de los pasos que da.
Mirando hacia atrás sin rencor es su libro más reciente, en él las reflexiones y confidencias develan los de sencuentros con José Vicente Rangel y Arias Cárdenas o narra la felicidad de Cilia Flores, Desirée Santos Amaral, Luis Tascón y Darío Vivas tomando vino en París.
Pero también muestra la admiración por amigos que ya no están como Moisés Moleiro o Bayardo Sardi; describe la incertidumbre de su viaje al desierto de los Saharauis o a la Haití del golpista coronel Raoul Cedras.
D’Paola es optimista sobre el futuro político inmediato, no tiene dudas de que las elecciones parlamentarias de septiembre marcarán el camino de los comicios presidenciales de 2012.
"Puede lograrse una victoria significativa, que puede marcar el cambio de rumbo en el país. No se pueden separar las elecciones legislativas de 2010 de las presidenciales de 2012.
Cuando Chávez dice que vamos contra él, en parte tiene razón. Se trata de una acción parlamentaria, una mayoría que se oponga a la marcha hacia el totalitarismo, que produzca cambios fundamentales para crear condiciones para que en 2012 podamos elegir un presidente distinto".
Es de izquierda el gobierno de Hugo Chávez?
El Presidente se ha venido definiendo fidelista, pero ha hecho eso con diferentes personalidades. Ha declarado ser peronista en Argentina, admirador de Velasco Alvarado en Perú, en China dijo que era maoísta, en la Rusia de Putin ha reivindicado el comunismo estalinista.
No se sabe en cuál izquierda pudiera ubicarse él, si consideramos que hay distintas formas de entender la izquierda. Pero no sólo eso, sino que en el régimen priva esencialmente una visión militarista.
El militarismo es una deformación antidemocrática que viene sobre todo de la derecha, del fascismo, a pesar de que algunos militares puedan adoptar ideas de la izquierda.
Por eso definir el régimen como de izquierda es difícil.
Pero en el gobierno pregonan que tienen banderas sociales, que ellos se ocupan de los pobres.
Banderas sociales las tienen, pero la centroizquierda también, al igual que la socialdemocracia, el fascismo también tuvo banderas de reivindicación social en Alemania e Italia. No basta definirse en lo social.
En definitiva ser de izquierda significa luchar por la igualdad social y al mismo tiempo tener ética, que es una condición fundamental para ser de izquierda.
Sin ética no hay izquierda y este gobierno ha tenido un choque permanente con la moral, uno de los más corruptos en la historia venezolana.
Pero en el gobierno hay gente de izquierda, eso es innegable, y esa gente ataca a los críticos del gobierno tildándolos de derechistas, de reformistas, de infiltrados.
Algo parecido a lo que les decían a los fundadores del MAS. Ahora desde el gobierno nos tildan de conspiradores, de entregados al imperialismo norteamericano y de ser agentes del capitalismo. Y eso no es cierto, porque la oposición venezolana, aunque esté unida en muchas visiones, es muy dispareja, distinta.
En algunos casos tienen visiones opuestas.
Sí, hay gente que defiende posiciones neoliberales y otros que defienden otras posturas, pero la oposición está unida en la defensa de la democracia, la lucha por la vigencia de las instituciones democráticas, contra el autoritarismo que niegue todas libertad individual.
La acusación no pasa de ser una falsedad, un empeño en demostrar que quienes se oponen a ellos son impuros, dividir el país a través de un odio absurdo, un enfrentamiento innecesario.
Los buenos que son los que están con Chávez y los malos que somos el resto. Y eso no es así, sobre todo cuando las encuestas demuestran cada vez más que disminuye el respaldo al Presidente.
Este año hay elecciones legislativas, en los anteriores comicios la oposición prefirió no presentarse y prácticamente le entregó el Parlamento al chavismo. ¿La oposición es capaz de unirse para las elecciones de septiembre?
Cómo sería de grave el problema de no haberse presentado para las elecciones que en la propia Asamblea Nacional hay diez diputados disidentes, ya hay diez diputados opositores al gobierno.
El Parlamento es un escenario de lucha que no debió de ser dejado de lado nunca por la oposición democrática. Nosotros tenemos planteada la salida de Chávez, que se vaya, pero por la vía democrática en 2012, eligiendo otro Presidente distinto a él.
La unidad ha avanzado, no sólo porque 16 fuerzas políticas discuten sino porque también hay sectores de la sociedad civil participando dentro del proyecto unitario.
No hay dudas que puede lograrse una victoria significativa, que puede marcar el cambio de rumbo en el país. No se pueden separar las elecciones legislativas de 2010 de las presidenciales de 2012.
Cuando fundamos el MAS los comunistas nos decían trotskistas, aunque en la década de los 70 ya Trotsky había sido reivindicado históricamente como un revolucionario que no vendió al capitalismo como lo acusó el stalinismo.
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